Probablemente sea uno de los mitos musicales más queridos. La ferviente devoción por él sigue en alza sólidamente. Y no es para menos.
Con una difícil infancia, su adolescencia transcurrió entre las chicas, los caballos, las tragaperras y la música. Se dice que aprendió a tocar la guitarra oyendo un disco de los Beatles. De ahí, pasó a tocar para bandas locales, hasta que en 1971 se unió al grupo Rock espacial Hawkwind, como bajista y voz ocasional.
Poco después, disputas con los otros miembros del grupo le hicieron abandonar y formar su propia banda con Larry Wallis y Lucas Fox. En un principio se llamarían Bastard, para después cambiar su nombre por el de Motörhead, la cual sufrió varios cambios en su formación permaneciendo Lemmy perenne como frontman.
Además de su legado musical, son muchas las anécdotas que nos dejó y con las que podremos disfrutar recreándolas sus incontables seguidores.
Esto no es sólo una felicitación para Lemmy. Es para todos los que hoy celebramos el cumpleaños del más grande por encima de cualquier otra celebración.
Para todos cuyas cervicales han sufrido duramente durante toda su vida a ritmo de frenéticos riffs de Motörhead.
Para todos los que hemos sabido admirar al tipo perfecto más imperfecto de la historia.
Felicidades.
0 Comentarios