Sin duda, uno de los hándicaps que suelen condenar al ostracismo a los supergrupos, suele ser la falta de identidad propia a la hora de transmitir. Este último trabajo de los suecos Soen puede amenazar con ello, aunque no llegue a tanto.
Demostrando una calidad extrema, como es habitual en ellos, Lykaia te deja con unas horribles ganas de más. Pecan de conservadurismo, quién sabe si acomodado o no.
Pero dejando a un lado los palos, he de decir que es un plástico digno de ser reproducido una y otra vez.
Las voces limpias de Ekelöf y la percusión del ex Opeth Martin Lopez, conjugan a la perfección con las seis cuerdas de Marcus Jidell. Los sintetizadores, teclados y bajo aportan marcando la esencia de oscuridad y misterio de este álbum.
Los parecidos con Tool siguen acudiendo a la mente del fan cuando oyen este Lykaia de inicio a fin. No digo que sea bueno ni malo. Además, saben desmarcarse. También se nota la influencia de los Opeth de tiempos en que contaban con Lopez.
Hay que resaltar la dedicación absoluta prestada en la composición de cada tema. Cuidando todo detalle al máximo cual sutil escultor de miniaturas.
Los tintes algo más oscuros con respecto a sus anteriores trabajos denotan un cambio constante y tangente en el grupo que, para mi gusto, va por buen camino. Aunque aún están lejos de todo lo que nos pueden hacer gozar visto el talento y técnica de cada uno de sus miembros.
Disfruten.
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