Crítica de Wizard Bloody Wizard, de Electric Wizard



Noveno álbum de estudio de la banda que ve la luz tres años después de su antecesor, "Time to die".
Aunque se queda lejos de alcanzar la rotundidad oscura de "Come My Fanatics" o "Dopethrone", no por ello es un mal disco. Pocas bandas Doom logran hacer olvidar casi por completo a los Black Sabbath, y podría decirse que Electric Wizard, con sus 25 años de carrera a las espaldas, no solo lo logran, sino que también mantienen un alto nivel trabajo tras trabajo.

"Wizard Bloody Wizard" ha sido grabado entre Abril de 2016 y Febrero de 2017 en los estudios de grabación "Satyr IX", siendo producido por el propio líder de la banda, Jus Oborn y su guitarrista Liz Buckingham.

Letras oscuras hasta el más puro extremo al que acostumbran los magos eléctricos y un amago sutil de cambio de estilo virando hacia el Hard Rock son el leitmotiv de este rosco.

El disco empieza con "See You In Hell". Simpleza y contundencia con buena presencia de bajos. Medio tempo, iteraciones sobre un mismo riff con un in crescendo sobre la escala para volver al inicio tras el solo.

"Necromania" gana en dinamismo, además este corte suena más stonner que el resto del trabajo. Cuenta con un buen solo intermedio. "Hear The Sirens Scream" cuenta con otro de los infinitos riffs pesados y pegadizos tan propios de Electric Wizard. Aquí viran más hacia el Fuzz, aunque sin salir en demasía de sus cánones habituales. El interludio psicodélico que encontramos en "The Reaper" nos lleva en volandas cual encantamiento de mago satanista hacia la parte final del trabajo.

"Wicked Caressess" se acerca en cuanto a tempos al tema inicial, aunque aporta algo más de color tonalidades de oscuridad. La pesadez y la distorsión habrán invadido toda tu percepción auditiva a estas alturas del disco. El solo en esta ocasión se presenta bastante más sucio y batido que en temas anteriores, y desemboca en el riff inicial para seguir oyendo a Osborn bramar "Sus caricias malvadas, Y besos obscenos..."al ritmo de arrastradas guitarras que parecen despertar al ser excitada su parte baja del mástil al final del track.

El trabajo acaba bien, con "Mourning Of The Magicians", otro tema lento y pesado en el que se resta  protagonismo a los riffs de inicio para prestar atención a lo que Jus nos cuenta mientras la instrumentalidad abre ataúdes muy lentamente para asomarse a ver qué pasa. Éste, junto con el inicial son los dos tracks en los que resulta más excelente la mano de Clayton Burgess al bajo. Gran final para un buen disco de una banda que trata de arrastrarse huyendo de su grandeza pasada dejando tras de sí un hálito de buenas obras que no deberían pasar desapercibidas por amantes del género.

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